domingo, marzo 27, 2011

razón

aunque no puedas ver mi maldita cara vos sabés que soy color humano y yo sé que llorar desconsoladamente nunca salvó a nadie.

vida y muerte nada tienen que ver con el dolor que siento hoy, y aunque estemos en distintas dimensiones yo creo que escuchás un poco mi eco, por eso grito así: no es locura ni cordura, es pasión por sentir mis venas hincharse, sentir la explosión y terminar, acabar.

y volver a empezar el viaje al más acá lejos tuyo, lejos mío.

las personas del pasado que hoy me susurran en el cerebro frases magistrales, tenían razón.

tienen razón.

jueves, marzo 17, 2011

puente rojo

huesos que suenan
el eco se escucha mil veces
el puente rojo que cruza la ciudad
desaparece
se disuelve en el aire y en el tiempo
con los colores del paisaje viejo
que el viento trae a veces
con remolinos de tierra
que despeinan y escarchan
donde los pies se patinan
se mojan
se congelan
los huesos suenan también en la noche
noche de nubes rosadas
que dicen que viene
que advierten que llega
y la blancura de antes inunda la mañana
las ropas se calientan en el calefactor
el vaho se escapa con las risas
y los huesos ya viejos y grises
suenan y sueñan con el puente rojo
que atraviesa la ciudad
que atraviesa el tiempo
que se fue.

miércoles, marzo 16, 2011

decidir

me acuesto y me tapo, pero la habitación no está oscura, son las 3 de la tarde y la luz del día se filtra inevitablemente. es ahí cuando cierro los ojos sin querer ver, sin querer creer, sin querer saber qué hago, qué evito. trato de relajarme pero adentro mío grito y me quedo sin aire, porque sé que estoy sola y perdiendo el tiempo. pierdo los días y después no los encuentro, y después me lamento, y después lloro.
una fuerza increíblemente fuerte me hunde en la cama, me debilita el cuerpo y me presiona la cabeza hasta sentir que va a explotar. la fuerza me asfixia y siento que no tengo salida, creo que ya no hay vuelta atrás, pienso que es el comienzo del final, el final de las ganas, y el final de la búsqueda. todo se vuelve desolador, no me levantaré nunca más.
pero los peros a veces salvan, y ahora una energía supera la fuerza maldita que me quita el habla. siento un calor que envuelve mis pies, mis piernas, mis brazos... e inesperadamente logro salir de un salto de esa situación. me veo ahí, parada en el medio de la gris habitación. mis piernas tiemblan y mi cabeza sigue presionada, pero ahora la energía me tira hacia arriba, desde donde veo todo más claro. quizás la fuerza no era tan fuerte después de todo, y quizás hay algo más allá de esa habitación.
con el alma apretada decido que no, que quedarme acá no es para mí.
decido que mi cuerpo puede soportar más aún, decido que yo decido.
abro la puerta y afuera no brilla el sol, pero tampoco hay tormenta. me doy cuenta de que estoy tomando el camino largo, el camino difícil... entonces decido que depende de mí, y vuelvo a llorar, pero sin importarme ya.
decido que la fuerza no es más fuerte que yo, y que lo que me mueve es la energía.
y al fin descubro, que la energía sale de mí.